El ropavejero, The boogeyman, el coco, los boggarts, todas las culturas y casi todas las civilizaciones han tenido el mismo problema, conseguir que los niños le hagan caso a sus padres y respeten sus respectivas normas y valores morales, y para este fin se crearon aquellos seres que serían los encargados de castigarlos si se "portaban mal".
En el caso de los pueblos eslavos, posteriormente Rusia y algunos países aledaños, se contaba el mito de la temible bruja huesuda, la Dama Blanca de la Muerte y del Renacimiento, me refiero a la vieja Baba Yagá.
Una vieja, huesuda y arrugada, de nariz azul y dientes de acero, que posee una pierna normal y una de hueso (cosa que representaba su conexión al mundo de los muertos). Se le describía como un ser perverso y cruel, aunque no totalmente malvado dependiendo de la versión; una vieja bruja que comía personas, niños para ser exactos, y era gracias a sus dientes, que le permitían romper huesos y desgarrar la carne con facilidad, sin embargo, y sin importar que tanta comida consumiera, siempre tenía ese aspecto delgado y huesudo.
Pero claro, todas estas historias incluían sutiles (y no tan sutiles) referencias, de la mano con concejos de como evitar encontrársela o perecer en caso de hacerlo. Cosas como no adentrarse en el bosque, llevar rosas azules o ser respetuoso al hablarle eran solo algunas de las formas en que los cuentos de esta anciana le enseñaban a los niños lecciones que ellos debían acatar... y funcionaba.
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